domingo, 26 de agosto de 2007

El Sueldo Etico

Queridos compatriotas, gracias a Dios que al Obispo Goic se le ha ocurrido iniciar un debate distinto de lo que la Iglesia en los últimos años ha pregonado. Se había ido encajonando en un esquema impuesto por los medios, y ha logrado colocar un tema en la agenda nacional distinto de lo habitual: el salario ético.
Un compañero criticaba inicialmente esta propuesta diciendo que se debía mas bien hablar de un salario justo, antes que de un salario ético, pero conversando llegamos a la conclusión que la ética incluye lo justo.
El salario justo se inició en el tiempo cuando los sueldos eran miserables (revolución industrial), y las personas vendían su alma para obtener algo de dinero del capitalista. Se trataba de un llamado de atención a los dueños de empresa, para que dieran un sueldo mínimo, que diera dignidad. El sueldo mínimo es para mí lo equivalente al salario justo, es decir, aquel sueldo que garantiza dignidad para vivir mínima indispensable. Hoy por hoy es el Estado probablemente el que debe dar el ejemplo, con los salarios de los auxiliares paramédicos de Salud, de forma que no saquen en su liquidación de sueldo 80,000 pesos, sino que algo mas, lo mismo con los auxiliares paradocentes, con los salarios de los gendarmes, etc.
Aquí hay una falacia autoimpuesta, en el sentido que creer que aumentar el salario mínimo llevaría a desempleo. Esta falacia impide lograr un piso mínimo adecuado, a partir del cual se ajuste la economía. No estamos sincerando la economía nacional al tener sueldos inservibles, que subsidian al capitalista. Esto es una aberración de la lógica. Sólo puedo desarrollar empresa solo si pago un salario miserable. Por favor, quién puede comprar esa receta de desarrollo? Sólo alguien que tenga compasión de aquel empresario, cuyo único recurso los busca en los pobres de la patria. Este fundamento estaría detrás de la etiqueta: país con mano de obra barata. No podemos/debemos subir los salarios, ya que así no nos volvemos mas competitivos. Es decir, absurdamente, nuestra pobreza se convierte en nuestra arma y herramienta competitiva.
Nop. Por ahí no creo sea el camino desde el punto de vista de la responsabilidad social. Puede ser que sea un camino de aprovechamiento de la necesidad, pero no el camino de la responsabilidad social.

Una segunda arista en la discusión del sueldo ético es el tema de la participación en las utilidades. Esta es la discusión a la cual hay que llevar al país. El trabajo conjunto en la empresa exige que los gananciales se compartan adecuadamente con los trabajadores, y esto no está sucediendo en Chile. Esto es inaceptable desde el punto de vista de la justicia, y crea una brecha gigantesca entre aquel que invierte y aquel que trabaja. Es una deuda que se acumula de miles de millones, un pasivo a favor del que trabaja, que no está siendo saldada. Este problema mayor, es responsable del escándalo mundial que tiene Chile en el tema de la participación y la distribución del ingreso, y debiera afrontarse en las cámaras (donde se ejerce la responsabilidad social, y se renuncia a una economía privatizadora y privatista). Señores políticos, no creamos el cuento que la economía es privada. Nunca lo ha sido, siempre es un ejercicio público llevado por el esfuerzo país. Y aquí estamos todos incluídos, de forma de tener la parte en la torta que hemos producido con mucho esfuerzo. Y eso no está ocurriendo.

Saludos,

Francisco Corvalán

1 comentario:

Juan Fco. dijo...

Francisco:

Completamente de acuerdo con tu planteamiento. La distribución desigual del ingreso no sólo ha disminuido en los "años dorados" de la economía chilena, como se les ha dado por llamar al período pre-crisis asiática.

Lo que me llama mucho la atención es que, cuando se pasa del diagnóstico a la acción, la vía más mencionada por los expertos es la educación. Desde mi punto de vista, este camino es tan lento que toma décadas para tener un resultado. Creo que un mejor camino es centrarse en la igualdad de oportunidades. Si se redujera la discriminación en los procesos de selección (o, lo que es lo mismo, se velara porque la utilización de criterios relacionados con el talento de las personas), se podría reducir de manera más rápida la brecha del ingreso. Comparado con lo que está permitido en otros países, en Chile alguien que postula a un trabajo debe estar dispuesto a enviar su fotografía (de cuerpo completo dependiendo de quien recluta), a responder preguntas políticas, religiosas, hablar de sus planes familiares, estado civil, etc. Adicionalmente, es sujeto de variados prejuicios sobre su colegio, apellido, etc.

Trabajar sobre la igualdad de oportunidades, adicionalmente, tendría un impacto social muy positivo, en tanto se enviaría el mensaje de que quien tiene capacidad y se esfuerza puede alcanzar el éxito.

(Si quieres más información consulta el estudio "Discriminación y meritocracia en el mercado laboral en Chile" en la Revista Economía y Administración de la Universidad de Chile, N°147).